miércoles, 22 de enero de 2014

El bosque más viejo de España

El creciente consumo de naturaleza que se detecta desde hace unas décadas en la Península Ibérica ha globalizado preguntas acerca de nuestro medio natural que antes eran ámbito exclusivo de los expertos. El turismo verde busca siempre los lugares más agrestes, los árboles milenarios o los bosques mejor conservados donde habiten animales escasos y exclusivos, y nos bombardea con frases grandilocuentes acerca del interés de cada lugar. Pues bien, excluyendo frases turísticas y pseudocientíficas y partiendo de un interés racional que no busque masificar y degradar nuestras últimas forestas, ¿cual es el bosque más viejo de España?.


 Tejos (Taxus baccata), Sabinas albares (Juniperus thurifera) y acebuches (Olea europaea var. sylvestris) son los árboles más longevos de la Península, pero sus masas no llegan a juntar las copas y forman masas aclaradas y en el caso de los tejos agrupaciones que a menudo se integran en el sotobosque de otros bosques. Así que si buscamos un árbol que forme bosque en el término más aceptado de la palabra (aunque es un tema polémico), con autónoma persistencia, tangencia de copas y diversos estratos, el afortunado es para sorpresa de muchos un pino, el laricio, negral o salgareño (Pinus nigra subsp, salzsmanii).

 Aunque los pinos no tengan buena prensa y aún carguen con el el modelo alóctono a sus espaldas, ni los afamados hayedos o robledales del norte de España alcanzan la longevidad del pino laricio, rey autóctono indiscutible de los pisos altos de las montañas calizas del este peninsular. Capaz de alcanzar los 1100 años de vida, el pinar más viejo de esta variedad de pino en el mundo se conserva en la Sierra de Cazorla (Jaén), donde la barrena presller ha obtenido edades de 1050 años en alguno de estos colosos vegetales.


 Estuvimos por allí hace unos días. El pinar es increíble, con árboles tortuosos y aclarados de grandes perímetros de copa y altura destacada a tanta altitud, entre los 1700-2036 metros de altitud. En contra de lo que solemos pensar los bosques más viejos no suelen tener los árboles más grandes, ya que han persistido en zonas escabrosas y difíciles, y por enrevesadas cuestiones de sociología vegetal no les corresponde alcanzar dichos récords de tamaño, como se ha venido demostrando en estudios de los hayedos navarros y europeos. En la misma Cazorla hay pinos más grandes en zonas medias, más húmedas y de mejor suelo, pero no hay lugar en la Península con un bosque tan decano como este que hemos disfrutado, a la sombra por cierto de algunos de los Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) que se han reintroducido en Cazorla y que pudimos ver. No pueden sobrevolar mejor escenario que éste.

Por Rubén Bernal, técnico de campo de Asociación Reforesta

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