Los servicios de los ecosistemas son los servicios que las
personas recibimos de los ecosistemas y que mantienen directa o indirectamente
nuestra calidad de vida. En el estudio La Evaluación de los Ecosistemas del
Milenio (EM) se
clasifican en cuatro tipos: 1) de provisión (alimentos, agua, energía); 2) de
regulación (como la purificación del agua y la regulación climática); 3) culturales
(educación, ocio) y 4) de soporte, que mantienen todos los demás servicios
(ciclo de nutrientes, formación del suelo).
Según el informe Cambio Global en España 2020/2050, “los ecosistemas constituyen un capital
natural que es necesario conservar para disponer de servicios como la
regulación del clima, fijación de carbono, fertilidad del suelo, polinización,
filtración de contaminantes, provisión de agua limpia, control de las inundaciones,
recreación y valores estéticos y espirituales (Daily, 1997). Estos servicios de
los ecosistemas tienen consecuencias en la prosperidad de la sociedad humana, y
no sólo en su economía, sino también en la salud, las relaciones sociales,
libertades o la seguridad”. Este informe relata también que “estudios
como la EM (2005), primero, y el proyecto TEEB (2009), han demostrado que desde
un punto de vista económico, la inversión en el mantenimiento y el
restablecimiento de los servicios de los ecosistemas representa un seguro para
el futuro”.
Impacto del cambio climático en la
biodiversidad española
El
territorio español cuenta con 10.000 especies de plantas diferentes. De ellas,
las vasculares representan el 80% de las existentes en la Unión Europea y casi
el 60% de las que se hallan en todo el continente. En cuanto a la fauna, la
península Ibérica se caracteriza, también, por poseer la mayor riqueza biótica de
Europa occidental con un total de entre 50.000 y 60.000 especies animales, más
del 50% de las especies existentes en la Unión Europea. Además, España goza de
una gran variedad de hábitats, con 121 tipos diferentes, lo que supone el 54%
del total de los existentes en toda la Unión Europea.
El Plan Nacional de Adaptación al Cambio
Climático, elaborado por el Gobierno de España, resume el impacto previsto
del calentamiento global sobre cuatro componentes de nuestra biodiversidad:
ecosistemas acuáticos, ecosistemas terrestres, biodiversidad vegetal y
biodiversidad vegetal. A continuación extraemos algunas de sus conclusiones.
Ecosistemas acuáticos continentales. Con un
gran nivel de certeza se puede asegurar que el cambio climático hará que parte
de los ecosistemas acuáticos continentales españoles pasen de ser permanentes
a estacionales; algunos desaparecerán.
Los
ecosistemas más afectados serán: ambientes endorreicos (La Mancha Húmeda, por
ejemplo), lagos, lagunas, ríos y arroyos de alta montaña (1600-2500 m), humedales
costeros y ambientes dependientes de las aguas subterráneas.
Los
ecosistemas acuáticos de Doñana, el espacio más emblemático en la conservación
de la naturaleza en España, se verán afectados por el cambio climático en su
hidroperíodo, ciclos biogeoquímicos, tasas de colmatación de las marismas y composición
de sus comunidades biológicas, disminuyendo su biodiversidad.
Se
considera que las posibilidades de adaptación de los ecosistemas acuáticos continentales
españoles al cambio climático son limitadas.
Ecosistemas terrestres. Los efectos del cambio
climático difieren para los ecosistemas de la región Atlántica, limitados por
temperatura, y para los de la región Mediterránea, limitados por agua.
Mientras la productividad podría aumentar con el cambio climático en los
primeros, posiblemente disminuya en los segundos.
El cambio climático alterará la fenología y las interacciones
entre especies, se producirán migraciones altitudinales y extinciones
locales. La expansión de especies invasoras y plagas se verá favorecida,
aumentará el impacto de las perturbaciones, tanto naturales como de origen
humano, y afectará a la estructura y funcionamiento de los ecosistemas
terrestres.
Los ecosistemas que se encuentran en su límite ecológico o
geográfico (formaciones cuyo balance hídrico es cero, ecosistemas dominados
por especies relictas de climas pasados, ecosistemas de alta montaña, ciertas
formaciones de zonas áridas) son los que se verán más afectados por el cambio
climático. Se pueden citar algunos ejemplos: entre los ecotonos, el límite
inferior del bosque determinado por la aridez es donde con mayor rapidez se
podrán sentir los efectos del cambio climático; los melojares de Quercus
pyrenaica se expandirán a expensas de robledales y bosques atlánticos y
los fragmentos aislados de estos últimos que quedan dispersos en rincones del Sistema Central (Peña de
Francia, Sierra de Gredos, Sierra de Guadarrama) tenderán a desaparecer; los
componentes boreo-alpinos de los pastizales de alta montaña en el Pirineo
catalán son y serán los mas afectados por el calentamiento.
Biodiversidad
vegetal. Se producirán dos
efectos antagónicos: el calentamiento por un lado y la reducción de las
disponibilidades hídricas por el otro. La «mediterraneización» del norte
peninsular y la «aridificación» del sur son algunas de las tendencias más significativas.
La
vegetación de alta montaña, los bosques y arbustedas caducifolios sensibles a
la sequía estival, los bosques esclerófilos y lauroides del sur y suroeste
peninsular y la vegetación litoral se cuentan entre los tipos más
vulnerables.
Biodiversidad animal. El
cambio climático producirá cambios fenológicos en las poblaciones, con adelantos
(o retrasos) en el inicio de actividad, llegada de migración o reproducción. Cabe
esperar desajustes entre predadores y sus presas debidos a respuestas diferenciales
al clima.
Las zonas más vulnerables al cambio climático son las zonas
costeras, humedales, cursos de agua permanentes -que pasarán a estacionales-
y estacionales, que tendrán un caudal más irregular o incluso desaparecerán,
zonas de alta montaña y pastizales húmedos. La vulnerabilidad es máxima para
hábitat específicos (sobre todo de montaña) totalmente aislados que albergan
fauna endémica que no tiene capacidad de migrar o dónde no existe la
posibilidad de crear corredores naturales o no hay lugares hacia donde
migrar. Con el cambio climático podrían desaparecer a corto plazo poblaciones
importantes y a medio plazo la totalidad de sus hábitat disponibles.
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Es mucho
lo que nos jugamos y, por tanto, es grande la voluntad y constancia que entre
todos debemos sumar para amortiguar el empobrecimiento material y espiritual de
nuestras vidas que representa la amenaza del cambio climático.
Por Miguel Á. OrtegaFoto: Acentor alpino, por Rubén Bernal
INCREIBLE
ResponderEliminarInvestigación de 26 años en Colombia produjo dos innovaciones tecnológicas MUY RENTABLES, importantes para EVITAR el cambio climático: 1. Un nuevo sistema de transporte terrestre limpio y 2. Una nueva forma ecológica de generar energía renovable a mitad de costo.
Estamos buscando la forma de entregarle al mundo estas innovaciones, regalamos las patentes al que quiera y pueda desarrollarlas, un gran negocio y no hemos podido encontrar interesados, S.O.S.
martinjaramilloperez@gmail.com